Hileros del Sur

por firmm Team

Texto: Brigitte, fotos: firmm Antonio

Un día soleado de agosto, sin una sola nube, salimos por la tarde al mar para una excursión de dos horas. Con el calor sofocante que llevábamos experimentando en Tarifa desde hace varias semanas, todo el mundo estaba anhelando la fresca brisa marina. El camino de ida transcurrió agradablemente tranquilo. La marea con un coeficiente de 1,03 era una de las más grandes del año. Eso nos indicó que tarde o temprano nos esperaba un fenómeno que llamamos en Tarifa los “Hileros del Sur”.

Los Hileros son franjas de olas que se forman en la superficie del agua. Cuando dos corrientes rozan, producen olas transversales a la dirección de rozamiento.

Esto provoca a veces que el mar esté muy turbulento, porque la intensidad de las olas puede variar mucho. En el Estrecho de Gibraltar, estas franjas se producen a menudo, dependiendo el tamaño de las olas de la magnitud de las mareas y de la fuerza y dirección del viento. Casi parece agua hirviendo en un caldero. A pesar del fuerte balanceo del barco, estas excursiones con Hileros son de las que se quedan en la memoria. Porque en las grandes olas a menudo hay un número considerable de mamíferos marinos retozando.

Y así fue también ese día: Calderones, Delfines mulares y Delfines Comunes disfrutaron juntos en este mar agitado. Parecían pasárselo genial surfeando las olas, saltando y jugando. Había tantos que no fue necesario que Katharina los anunciara por el micrófono. A la derecha del barco, delante, luego otra vez a la izquierda y detrás. Simplemente se veían animales por todas partes. Todos pudieron observar muy bien el bullicio alrededor del barco. Los Delfines Mulares ejecutaban enormes saltos y también madres con crías nadaban en los Hileros. Vimos a algunos Calderones Comunes que conocemos, como a Baby Hook y a Vicenta, que se divertían mucho en las olas.

La tripulación disfrutó del espectáculo. Antonio, uno de nuestros capitanes, observó todo con fascinación y repitió una y otra vez «¡Qué barbaridad!»

También los pasajeros a bordo se quedaron impresionados por el espectáculo. Un número tan grande de ballenas y delfines, y además tan activos, no se ve todos los días. Cuando llegó el momento de regresar tomamos rumbo a Tarifa y en cuanto salimos de la zona de los hileros, la mar se calmó inmediatamente y el regreso fue tan tranquilo como la ida.

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