Salida sin Orcas

por Jörn Selling

Fotos: Sebastian Kanzler

El 30 de junio salimas a las 13:00 del puerto de Tarifa para navegar hacia el oeste en busca de Orcas. Esas salidas duran 3 horas porque tenemos que cubrir un área mayor, y no podemos garantizar que las vayamos a encontrar. Vemos a las Orcas de vez en cuando desde abril hasta noviembre, pero solo en julio y agosto aparecen con cierta regularidad entre los pescadores de atún, que durante esos dos meses calan sus sedales con anzuelos en dos lugares del Estrecho de Gibraltar, siempre entre la bajamar y la pleamar.

La mar estaba calma con poniente flojo, el cielo azul y la visibilidad muy buena. A la media hora de navegar hacia los pescadores vi soplo de cachalote al sur de nuestra trayectoria. Cambiamos de rumbo inmediatamente a pesar de tratarse de un desvío, porque nunca se sabe si realmente se van a ver las Orcas. Uno de los cachalotes golpeaba el agua con su aleta caudal (tailspapping) antes de bucear, lo que hizo al poco tiempo de nosotros llegar. El segundo buceó poco mas tarde y todavía no habíamos continuado con la navegación, cuando salió disparado repentinamente de la profundidad, descansó un momento en la superficie y desapareció. Y otra vez sin foto, a pesar de los años que venimos observando esporádicamente este tipo de comportamiento.

Herida craneal causada por actividad humana 

Algunos cientos de metros más al oeste vimos a dos cachalotes más. Uno rodeó nuestro barco inspeccionándonos, hasta que buceó muy tranquilo después de su compañero. Y otra vez, a pocos metros de nosotros salió disparado del agua, sin que hubiéramos podido hacer una foto, era desesperante. ¿Pero cómo se pueden prever esas cosas y apuntar en el momento justo en la direción correcta, sobre todo tratándose de ballenas que saltan muy raramente? Una sola vez he visto un cachalote saltar dos veces seguidas, fue un animal joven en 2013 y podría haber hecho foto del segundo salto, si no hubiera partido de que no lo repetiría. Por eso le pedí a Sebastián, nuestro diseñador gráfico, que se encontraba en el techo del barco con migo, que apuntara en dirección del último salto.

Gran delpliegue de fuerza    

Ha valido la pena el esfuerzo, por primera vez obtuvimos fotos de un acontecimiento tan raro, tuve que abrazarlo. Un cuarto de hora más tarde vimos a un quinto cachalote, 20 minutos más tarde a 45 delfines mulares y al final delfines listados. Aunque no hayamos encontrado a las Orcas, fue uno de los viajes más memorables que hayamos tenido en los últimos 12 años.

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