¡Que día de cachalotes!

por firmm Team

Texto: Jörn Selling, Katharina Heyer; Fotos: firmm

A pesar del viento de levante teníamos planeados 4 viajes en barco para el 29.05.2012. El viento iba subiendo y a medida que avanzaba el día, dudábamos de que las últimas salidas se pudieran hacer.

Jörn cuenta de las primeras dos salidas y Katharina de las dos de la tarde.

Martes 29 de mayo / Jörn

Salida de las 10:00: El viento de levante y la marejada iban en aumento. Como se habían visto cachalotes los días anteriores, esperábamos tener suerte otra vez. Mientras permanecíamos con los calderones comunes que finalmente encontramos, escudriñábamos el horizonte para divisar eventuales soplos en la bruma que venía desde el Mediterráneo.

De repente logramos divisar un soplo al oeste de nuestra posición. Tuvimos que navegar lento para acercarnos, porque era dirección prohibida para barcos en la mitad sur del dispositivo de separación de tráfico. Cuando por fin llegamos, el cachalote se fue a pique. Pero fuimos recompensados con la aparición de “Lunares”, un majestuoso adulto de cachalote. Pudimos reconocerlo por su mancha blanca delante de la aleta dorsal. Luego de algunos minutos buceó, mostrando elegantemente su aleta caudal.

Salida de las 12:00: Cuando llegamos a la zona de los cetáceos ya estaba presente un barco de la competencia y la suerte quiso, que emergiera un cachalote joven a su lado. Nos acercamos lentamente pero antes de llegar el animal se fue a pique pero tuvimos la impresión que el cachalote no quería bucear realmente. Parecía más bien que hubiera preferido quedarse en la superficie, lo que le fue dificultado por el barco que lo seguía. Los cachalotes son -por lo menos en el Estrecho- muy desconfiados frente a los barcos y si se los quiere observar socializando en la superficie, lo mejor es parar las hélices a por lo menos 100 m. del animal y no tocarlas más. Para que todos a bordo puedan ver, conviene parar el barco en una posición tal, que cuando se haya acomodado perpendicular al viento, el cachalote quede también de través. Así no serán necesarias más maniobras. En cuanto el cachalote escuche que se pone en marcha la hélice, se pone nervioso. Si además se aumenta el régimen de revoluciones de la máquina, en lugar de maniobrar en ralentí (a revoluciones mínimas), peor.

Eso estaba sucediendo con el otro barco. Emergió otro cachalote joven, tal vez el mismo y también fue seguido. Nos quedamos a la deriva con las hélices paradas mientras le explicaba a los pasajeros como evaluábamos la situación. Cuando se sumergió el segundo cachalote, el barco de la competencia se alejó hacia el este. Mi sospecha se verificó cuando el animal emergió nuevamente. Se le acercaron delfines mulares y entonces vimos algo muy poco común. Como si quisiera demostrarles a los mulares, que saltaban a su alrededor, que también era capaz, saltó dos veces quedando completamente fuera del agua y aterrizando en una columna de espuma. Un momento excepcional que solo se presencia si se respeta a los animales y se les deja espacio libre. Lamentablemente no tenía la cámara de fotos a bordo…

Martes 29 de mayo / Katharina

Salida de las 15:00: ¡Apenas podíamos creer que se hubieran visto cachalotes en las dos salidas anteriores! Tanto más expectantes estábamos cuando nos hicimos a la mar. Con las olas de levante que había, tuvimos que adaptar nuestro rumbo de navegación para no marear y mojar a la gente. Cuando encontramos un grupo de más de 30 delfines mulares quedamos aliviados de que fueran tantos. Acompañando a los mulares acabamos rápidamente muy a poniente, por lo que tuvimos que poner proa a la ola de levante para buscar calderones comunes. De a tres escudriñamos el mar desde el Fly Deck para buscar también cachalotes y fuimos recompensados. 2 cachalotes rodeados de calderones descansaban en el oleaje…

Ruhender Pottwal

Pottwale von Grindwalen umringt

Uno se puso a dormir al poco rato y solo sacaba la cabeza de vez en cuando (duermen en posición vertical). Eduardo le puso nombre espontáneamente: ¡Fernando!!! ¡Como nuestro marinero, que también es medio dormilón!

Pottwal legt sich schlafen Kopf des schlafenden Pottwal

El otro se puso a jugar con los calderones y giraba alrededor de su eje longitudinal, un comportamiento observado raras veces.

Pottwal dreht sich

Pottwal spielt mit Grindwalen

En eso se fue acercando cada vez más al barco, siempre rodeado de calderones.

kommen immer nächer

Finalmente ambos bucearon cómodamente entre los calderones comunes que les acompañaban.

Pottwal vor dem Abtauchen

Pottwal taucht ab

Salida de las 17:00: las expectativas de los pasajeros habían aumentado aún más porque habían escuchado de los grandiosos avistamientos de cachalotes de los viajes anteriores. Pudimos reencontrar a los dos cachalotes pero mucho más al oeste. Y otra vez espectáculo: los mismos calderones rodeaban a los cachalotes y se habían sumado además los delfines mulares a la ronda.

Umzingelt von Grindwalen

Esta vez el mayor de los cachalotes nadó hacia nuestro barco dando muestras de socializar pero al rato terminó buceando majestuosamente. Su compañero lo siguió poco después.

Abtauchender Pottwal Pottwalfluke

Los calderones entonces dirigieron su atención hacia nosotros y se pusieron al lado, lo que causó gran jolgorio entre los muchos niños que teníamos a bordo.

 Mientras eso de golpe Diego (el capitán) llamó exaltado: ¡una Paloma, una Paloma!!! ¡¿Dónde estaba Diego viendo una paloma, no había ningún pájaro cerca?! Ahora la vimos también: una paloma totalmente exhausta que se había posado en el marco de la ventana que quedaba al lado de la cabeza de Diego.

Una Paloma!

Al rato parecía recuperada porque salió volando, pero solo para volver a agarrarse del marco de otra ventana que estaba cerrada. Como tuve que concentrarme en los calderones, perdí de vista al pájaro. Fernando sin embargo la siguió con la mirada y dio aviso de que había caído al mar y estaba siendo atacada por gaviotas tres veces más grandes.

Pensé que sería el fin de la Paloma cuando Diego decidió salvarla y dio orden a Eduardo y Fernando para que buscaran lo que fuera necesario para ello. Mientras se acercaba a la Paloma yo les expliqué a los pasajeros que dejaríamos a los calderones para salvar a un pájaro… Unas 6 gaviotas se encontraban atacando a la paloma que aleteando desesperadamente las mantenía a distancia, todavía. ¡Pero en pocos minutos Eduardo la pescó del mar! El júbilo de los muchos niños redondeó el exitoso salvamento. ¡Eduardo se encariñó inmediatamente con la paloma!!

Eduardo mit der Taube

¡Así finalizó un día especialmente exitoso!

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