Mondrino, capítulo 4
por firmm Team
Texto: Anneke Polenski
Hace 10 años que llevamos viniendo a Tarifa para ver a las ballenas y a los delfines del Estrecho de Gibraltar con firmm. Hemos presenciado momentos hermosos, conmovedores y reveladores con los animales durante los viajes de avistamiento en los barcos de la fundación.
Este día sin embargo sería excepcional y adquiriría una calidad especial. En este viaje se dio una situación que no olvidaré el resto de mi vida. Un momento en el cual la hembra de cachalote “Mondrino” se haría inolvidable e incluso siendo laico, se tenía la sensación de que estaba sucediendo algo poco común.
Pero vamos por orden.
2008 vimos por primera vez a Mondrino, en aquel entonces se la llamaba “Pigmento”. Mi esposo pudo hacer lindas fotos de ella cuando arqueó el lomo para bucear durante aquel año. En las fotos se podían distinguir bien las manchas blancas que le dieron el nombre.
En este día, jueves 09 de junio, no se habían avistado animales durante el primer viaje de la mañana. Antes de nuestra salida, nos enteramos que Katharina Heyer había visto a Mondrino el día anterior y que había decidido navegar hacia la misma zona donde se había mostrado con sus cachorros.
Nos quedamos aliviados: Mondrino estaba bien y también sus dos críos. No se había visto en toda la temporada ningún cachalote, de modo que nos poníamos a reflexionar sobre las posibles causas, porque el mar está lleno de peligros para estos animales, especialmente para los jóvenes.
Salimos expectantes pero no vimos absolutamente nada. Ningún animal. A pesar de ello volvimos satisfechos. Yo tenía la certeza de que ella estaba en el Estrecho.
Debido al avistamiento nulo fuimos invitados por firmm para salir otra vez durante la tarde. Por suerte decidimos aceptar, a pesar del cansancio y de la decisión previa, de pasar el día tranquilos en la playa.
El viaje de la tarde comenzó con un cielo poético con nubes en forma de pluma. El sol estaba rodeado de un círculo coloreado como un arco iris, que se podía observar bien desde un lugar con sombra.
A las 15:45 se mostraron los primeros defines. Nadaban hacia el Atlántico. Seguimos paralelamente su curso. A las 16:00 el biólogo Jörn anunció desde el techo que había detectado soplo de cachalote. El animal estaba a la misma altura que el barco grande de avistamiento de la competencia. Entonces recibimos la información que se trataba de tres soplos. Jörn sospechaba que era Mondrino.
Desde la proa no se divisaba mucho. Una y otra vez las olas dificultaban la vista de los hechos. De repente surgió un barco privado de la nada y navegó sin aminorar hacia los tres cachalotes. Paramos la respiración. Jörn se quedó tranquilo y anunció con voz seria que no participaría de la carrera y que permanecería a distancia. Los animales tenían suficiente. Indicó al capitán que sería mejor parar la hélice.
Su comentario: “Las ballenas van a bucear y ya era.” Inicialmente parecía que tendría razón. Pero la situación cambió – me cuesta reconstruirla en detalle – cuando la madre emergió entre los dos barcos, mientras que sus cachorros aparecieron a nuestra derecha. Parecía obvio que el adulto estaba atrayendo inteligentemente la atención hacia si y lejos de sus críos. Los cachorros quedaron separados de la madre pero fueron inmediatamente rodeados por delfines.
Cachorros
Angustiados seguimos los acontecimientos con Mondrino, más o menos a unos 300 m de nosotros: la madre seguía trincada entre los dos barcos. Ninguno le dejaba más espacio. Entonces desapareció y emergió al poco tiempo más cerca nuestro, dirigiéndose hacia al barco de firmm. Otra vez dejamos de respirar. ¿Qué sucedería ahora? Para dónde mirar primero, hacia sus cachorros a estribor o hacia su madre, que se acercaba cada vez más y estaba alcanzando nuestra popa. Decidí desplazarme hacia atrás para ver a Mondrino. Llegué justo para ver como su lomo emergió del agua, muy cerca del barco.
Mondrino
Entonces no se vio más nada, ninguna aleta caudal sumergiéndose. Pensé que bucearía por debajo de nuestro barco hacia sus cachorros. Desde arriba la voz explicaba que no había buceado a fondo, que todavía estaba allí. Un gran signo de interrogación ocupaba mi consciente: ¿que estaba sucediendo?
Y entonces surgió ese momento increíble.
Mondrino sacó la cabeza verticalmente del agua, como lo hacen los calderones durante el “spyhopping”. El tiempo parecía pararse. Este contacto visual impalpablemente directo con ella, un cachalote, generó una sensación de eternidad, sorpresa total y una conmoción indescriptible con palabras. Ningún pensamiento, solo parar la respiración, ser y apreciar. Seguramente solo fueron segundos, pero tenían poder. No todos los días uno es enfocado de cara en cara por una ballena. Recién después surgieron pensamientos de índole: ¿Qué hace y cómo lo hace?
Debió estar “parada” en posición vertical. Solo había visto cachalotes en posición vertical cabeza abajo, antes de bucear, ¿pero esto?
Además seguramente no era la única que se preguntaba: ¿por que no se dirigió hacia sus cachorros en tal situación de estrés, en lugar de venir directamente el barco de firmm? Tengo la sospecha de que la respuesta se encuentra en el hecho de que probablemente conozca el barco y lo catalogue como inocuo. ¿Puede ser que los cachalotes, que parecen algo lerdos, puedan ser tan ágiles como los calderones de menor tamaño? ¿O es algo típico de Mondrino?
Debió sentirse amenazada y sobre todo también sus cachorros. ¡Estoy impresionada por su inteligencia!
Un comentario al margen:
Recién en tierra me enteré que el barco privado, que había aportado al estrés del animal, no era pilotado por ignorantes, sino que era un barco científico, que entre otras pruebas extrae biopsias de piel de los cetáceos.
Cuando escuché eso me quedé indignada, porque esperaba que los especialistas poseyeran un mínimo de experiencia para practicar una relación respetuosa con los animales, sobre todo cuando se tratara de cachorros. En lugar de ello se comportaron como cazadores y no como avistadotes respetuosos. Ser científico parece no significar automáticamente que las actitudes se basen en un código ético.