Mondrino, capítulo 2
por firmm Team
Curso-firmm del 6–10 de junio 2011, relato de la familia Steiner: Noa, Samuel, Claudia y Daniel
Salida del jueves 9 de junio 2011, 13:00-15:00
Con buenas condiciones de poniente flojo salimos con Jörn como guía hacia la parte marroquí de la cordillera submarina que une ambos continentes. Transitaban muchos barcos de contenedores y me parecía estar cercada de barcos mercantes. De repente Jörn detectó a un grupo de unos cuantos delfines mulares a la derecha del barco (lado orientado hacia España). Los seguimos en paralelo pero no pudimos acercarnos más porque venía un barco mercante hacia nosotros. Algunos delfines mulares aceleraron hacia la proa del mercante y los observamos surfeando y saltando en ola que empujaba.
Cuando pasó el mercante, Jörn avisó que había detectado dos soplos distantes de cachalote a proa. Vi a un barco de la competencia acercarse desde nuestra izquierda a los cachalotes y desde la derecha nos adelantaba un pequeño barco privado a gran velocidad, que puso también proa a los cachalotes. Entonces vimos que se trataba de tres animales. Jörn supuso que se trataría de Pigmento (o tb. llamada Mondrino) con sus dos cachorros. No quiso acercarse más para protegerlos de más molestia y prefirió observarlo todo desde lejos. Lo que entonces sucedió fue increíble. De repente emergieron los dos cachorros a la derecha del firmm Spirit. Los delfines mulares los rodearon y saltaron por encima. Parecía como si la madre hubiera mandado a sus cachorros a esconderse entre los delfines a la derecha de nuestro barco, quedándose para desviar la atención de los otros dos barcos machacones. Los dos cachorros bucearon luego de un rato y pudimos ver bien sus aletas caudales.
Entonces Pigmento/Mondrino comenzó a nadar hacia nosotros y vi por primera vez como un cachalote saca la cabeza del agua, miró hacia nosotros y buceó hasta emerger a pocos metros de la popa del firmm Spirit. ¡Casi se podía tocar! Me causó piel de gallina, todos estaban en silencio y atónitos.
Finalmente se hundió y debió de bucear debajo de nuestro barco. Nos quedamos esperando unos diez minutos deseando que reaparecieran, pero sin éxito. Durante la vuelta al puerto de Tarifa quedé arrollada por los hechos. Este acontecimiento, así como toda la semana con salidas en que avistamos delfines mulares, delfines comunes y listados, calderones comunes, dos rorcuales comunes y finalmente la familia de cachalotes, permanecerán en nuestra memoria.
Koppigen, 18 de junio 2011/Claudia Steiner-Behrens