La temporada de orcas 2018

por Jörn Selling

Fotos: firmm

Las orcas se encuentran indiscutiblemente entre los eventos culminantes de los viajes de avistamiento de ballenas. Se encuentran principalmente en el Estrecho de Gibraltar en pleno verano, cuando los grandes atunes vuelven a nadar hacia el Océano Atlántico después de desovar en el Mediterráneo. Esos atunes son entonces pescados con palangres y anzuelos a una profundidad de 200 metros. Cuando los peces llegan cansados a la superficie, son un seductor plato servido, el cual las orcas han aprendido a aprovechar. No todas las orcas recogen su parte de los pescadores. Algunas orcas mantienen su tradicional forma de vida. Es igual que entre los humanos: cuando se crea una nueva rama de empleo, no todo el mundo se apresurará a aprovecharla. Algunos preferirán permanecer fieles a su forma de vida conocida.

La esperanza de ver a las orcas, desafortunadamente, apenas se cumplió este verano. Desde finales de junio hasta finales de septiembre ofrecimos 69 viajes de tres horas, pero sólo en 7 de ellos encontramos orcas. Esa es una probabilidad de sólo el 10%! También 2005 fue un año de escasez de orcas, con una probabilidad de sólo el 18%. En promedio desde 2003, vemos a las orcas en el 50% de los viajes de tres horas, es como tirar una moneda al aire. Un riesgo que muchos están dispuestos a correr. Es una probabilidad de éxito considerablemente menor que la probabilidad de más del 90 % de que otras ballenas sean avistadas durante los viajes de dos horas. Sin embargo, también ha habido años de orcas por encima de la media, como 2011 y 2016, con una probabilidad de visualización de más del 70% (ver Figura 2).

Salidas de orcas en azul, exitosas en naranjaDe ahí se deriva la probabilidad de avistamiento

Así que lo que hemos vivido este año es inusual, pero no extraordinario. Sólo podemos especular sobre las causas, que podrían ser tanto naturales como humanas. El hecho de que podamos encontrar a las orcas en un área marina limitada durante la temporada alta tiene que ver con nosotros, los humanos, desde el principio. Si no existiera la pesca de atún, las orcas no estarían allí porque quedaban suficientes peces. El Estrecho de Gibraltar está marcado de tal manera por nosotros los humanos, que nuestra influencia siempre debe ser considerada. Esto incluye medidas defensivas por parte de los pescadores que no están contentos con las orcas. En 2004 se oyeron disparos por última vez, pero todavía se utilizan bicheros (ganchos de agarre) y piedras para disuadir a las orcas. Los rumores de que algunos pescadores llevan armas de fuego siguen propagándose.

Entre las causas naturales, la fluctuación en el comportamiento migratorio de los atunes podría ser una de ellas. Quizás hay años con suficientes peces migratorios, por lo que las orcas prefieren cazar por su cuenta, que correr el riesgo de ser atacadas por los pescadores. Moverse entre las líneas también puede costar una aleta pectoral, como a Lucía, que no vimos este año. Tal vez hasta le costó la vida a su cachorro.

Fotos del por ahora último encuentro del 16.08
Camorro Hembra Cachorro haciendo la digestión con juegos

Las orcas pertenecen a los animales más inteligentes, junto a los grandes simios y nosotros. Seguramente evaluarán cuidadosamente si vale la pena tomar un cierto riesgo. Si la recolección de atún entre los pescadores fuera libre de riesgos, probablemente encontraríamos a las orcas mucho más a menudo. ¡Algún problema, aparte del ya peligroso anzuelo, debe tener la cosa por lo tanto!

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