Investigación invasiva - Capítulo 2
por firmm Team
Texto: Eleonore Op de Beeck, Veterinaria firmm
Consejo: Lea primero la primera parte de Jörn Selling.
La temporada 2012 comenzó bastante bien cuando vimos a “Curro”, un calderón que fue severamente herido en 2008, probablemente por hélice de barco y otra vez por fuente desconocida la temporada pasada. Tiene una cicatriz tremenda frente a la aleta dorsal…nos alegró verlo después del invierno, porque sospechábamos que no lo sobreviviría. A pesar de lograrlo, lo que sobra de su aleta dorsal luego de años de cicatrización y mucho tejido muerto desprendido, se le ha caído hacia un lado, para incomodidad del animal. No solo eso, cuando su grupo pasa cerca de un barco, “Curro” es quien se mantiene más alejado después del infortunio traumático que tuvo que vivir.
Estos son algunos de los problemas que hay para los cetáceos en el Estrecho. Desafortunadamente esta temporada emergió otro, causado también por el ser humano. Un grupo de investigadores en el Estrecho ha decidido rastrear a los cetáceos adhiriendo transmisores de radio a los animales. A pesar de que siendo veterinaria puedo entender bien la importancia de la investigación, creo firmemente que el bienestar y los derechos de los animales deben tener prioridad. El método utilizado para adherir los transmisores es clavarlos a las aletas dorsales, creando un área de inflamación, e infección, sobre todo si los materiales utilizados no fueron esterilizados adecuadamente.
Nuestra fundación ha estado observando a los animales desde hace 14 años, llegando a conocer sus patrones de movimiento según la hora del día y la marea, sabemos cuando comen… todo sin usar métodos invasivos de investigación. A la hora de querer encontrarlos, nos defendemos muy bien.
Les hemos dado nombres y sabemos a que grupos pertenecen gracias a la foto-identificación. Cientos de fotos han sido necesarias para adquirir ese conocimiento. En las fotos más recientes se ve que al macho Gonzo afortunadamente se le ha desprendido el transmisor, pero le ha quedado una cicatriz fea en el lado izquierdo de la aleta dorsal. En el lado derecho se observa un escenario aún peor, en la base de la aleta dorsal se abrió una gran herida que al parecer no solo esta infectada e inflamada, sino que muestra signos de necrosis (tejido muerto), causando una caída hacia el lado derecho de la aleta.
No sabemos cual será la consecuencia de esto, pero la verdad es que a los animales se los está molestando y estresando, algo sobre cuyas consecuencia si se sabe más.
Otro animal al que conocemos muy bien es “Edu”, también un macho adulto al que le fue clavado un transmisor y que todavía se encuentra adherido. Le está causando una inflamación que probablemente le haga sentirse bastante incómodo también.
Este calderón es parte del grupo de “Curro”, el macho que fue severamente herido en 2008. ”Edu” es el amigo y protector de “Curro”. Cuando le fue clavado el transmisor, le habrá causado estrés no solo a el, sino también a “Curro”, quien si estuvo presente, tuvo que ver como su protector fue acosado.
Las causas de muchas enfermedades en animales acuáticos salvajes siguen investigándose, pero lo que si se sabe es que el estrés debilita el sistema inmune y hace a los animales más susceptibles a contraer infecciones.
Perseguir animales, clavarles transmisores… causa un enorme estrés y definitivamente no mejora la situación que ya es problemática en el Estrecho de Gibraltar (polución, sobre todo acústica).
En nuestra fundación entendemos la importancia de la ciencia y la voluntad de aprender más sobre estos fascinantes animales, pero luego de observar lo que les está sucediendo actualmente, desearíamos que se pudiera encontrar una forma menos nociva para lograr los objetivos propuestos….