Días de sorpresas agradables
por firmm Team
Primero vimos Delfines Mulares. Estaban de buen rollo y decidimos acompañarlos en su camino hacia el oeste. A los 10 minutos nos guiaron hacia un grupo de Calderones. Pasamos lentamente a su lado con los Delfines Mulares y seguimos para dejarlos tranquilos, ya que no parecían estar con ganas de compartir su tiempo con extraños.
Así seguíamos navegando lentamente con los Mulares, hasta que emergió un Cachalote a pocos metros de nosotros. Se quedó en la superficie del mar tranquilo (son pocas las ocasiones en que el mar está calmo en el Estrecho) cargando oxígeno. Cuando se picó mostrando su gran aleta caudal seguimos con los Mulares, pero de golpe me pareció ver el lomo de un Mular demasiado grande. Cuando se lo comenté el capitán, me contestó algo parecido a "tienes que beber menos". De todos modos nos quedamos con el grupo y ahí apareció otra vez, un auténtico Rorcual Aliblanco. Lo vimos aparecer 4 veces más, la última emergió con todo su cuerpo y por primera vez pude observar un Aliblanco en su totalidad, la coloración blanca y los surcos de su mandíbula inferior, la cresta filosa de su mandíbula superior. Damos muchas gracias a los Delfines Mulares, por habernos paseado por el Estrecho.
Fotos arriba: Algunas imágenes del Rorcual Aliblanco (Fotos: Philipp Hauser)
-Jörn-
Después de ese momento culminante todos estábamos a la expectativa de lo que pudiera ocurrir en la tarde. Volvimos a salir a las 15:00. Al poco tiempo encontramos un grupo de Delfines Mulares, que no quería saber nada de nosotros. Parecían estar ocupados consigo mismo. Poco después nos encontramos con un pequeño grupo de Calderones. Durante todo el día se vieron solo pequeños grupos de Calderones. Parecía que se hubieran estado escondiendo. Seguimos entonces navegando en dirección del Atlántico para buscar otros animales. De repente vimos el soplo de un Cachalote a la distancia. Salimos en su dirección pero a los pocos cientos de metros vimos como se picó a lo lejos, sin que diera el tiempo para acercarnos lo suficiente. Pero antes de que pudiéramos quedarnos decepcionados, emergió un animal a unos 100 m., que de reojo parecía el Rorcual Aliblanco de la mañana. Nos acercamos al lugar y nos quedamos bastante sorprendidos al ver de qué se trataba realmente. Eran Orcas que navegaban en grupo suelto hacia el Atlántico. Unos 12 individuos, entre los que se encontraba un macho adulto, reconocible por su gran aleta dorsal. Es menos frecuente verlas en esta época del año, donde ya finalizó la migración de los atunes grandes. Fue una experiencia inolvidable, especialmente para nuestros cursantes, que en el viaje posterior de las 17:00 (el último de su curso) también las pudieron ver. Una culminación genial de la semana.
-casi-