Dos nadadores suizos atraviesan el Estrecho

por firmm Team

Texto: firmm y Roberta Bernet; fotos: Sebastian Kanzler y Jürg Ammann

Hace dos años que germinó la idea en Jürg Ammann, de cruzar el Estrecho de Gibraltar a nado, para dirigir la atención a los cetáceos en esta área tan amenazada por el desarrolllo económico.. Hizo falta mucha organización previa y naturalmente el entrenamiento correspondiente, el cual realizó con su compañera de buceo, Roberta Bernet. A comienzos de junio estaban listos para concretar el proyecto.

El equipo acompañante Roberta y Juerg a punto de partir 

La corriente atlántica que entra al Mediterráneo cuasa temperaturas de no más de 14-19 °C, frecuentemente hay viento fuerte y según el estado de las mareas, cambia la velicidad de la corriente de superficie. Rafael, funcionario en la torre de control de Tarifa Tráfico y con acceso directo a la fuente de datos, vigiló el cruze con su motivado y fiable equipo de colegas.

Roberta Bernet en acción Mucho tráfico Juerg Amman 

Jürg, quien repitió para finalizar con éxito el cruce unos días más tarde, relató entusiasmado su encuentro con ballenas en el trayecto de vuelte a bordo del barco. ¡Sobre todo lo dejó atónito el cachalote, que buceó como en cámara lenta!

Cachalote a pique mostrando su aleta caudal 

Les damos las gracias de todo corazón a los dos valientes nadadores, Roberta Bernet y Jürg Ammann, por el cruce exitoso y les deseamos disfruten y tengan mucha suerte con sus futuros proyectos de natación.

Roberta Bernet relata personalmente sus experiencias

Me encanta, amo nadar; nado desde que tenía 7 años, pero sólo me di cuenta de lo importante que es para mí nadar cuando tenía 40. Únicamente me siento bien cuando puedo nadar regularmente. Mis compañeros de equipo son mis amigos. Me encanta ir al entrenamiento de natación. Cuando le hablo a la gente sobre las largas distancias que nado, su primera reacción es casi siempre: «Por qué? Ya sabes que hay ferries…»

Para mí es muy importante tener pequeños proyectos en mi vida –tanto sea rellenar finalmente los impresos de los impuestos, como limpiar el sótano. Y en comparación, nadar es un proyecto realmente positivo! Siempre intento tener un objetivo, no siempre algo tan grande como cruzar el Estrecho de Gibraltar a nado, pero si algo más pequeño que puedo hacer junto a mis compañeros de equipo. Creo que es importante no tener demasiados proyectos grandes. Me gusta tomarme mi tiempo y realmente disfruto la preparación.

Para cruzar a nado el Estrecho, es necesario pedir un «slot» al Presidente de la Federación de Natación de Gibraltar. Un «slot» dura unos 10 días aproximadamente. El presidente tiene que «hacer malabarismos» con todos los nadadores que quieren cruzar cada año, así que uno conoce con muy poca antelación cuando el nado realmente tendrá lugar. Se necesita mucha paciencia! Después de conseguir el slot, uno tiene que rellenar un impreso y pasar un examen médico. Aquí tuve que trabajar muy duro. Tengo una arritmia y mi médico en casa quería estar seguro de que mi corazón podría soportar ese esfuerzo.Y ahí empezó el entrenamiento. Si tengo suerte nado 3-4 veces por semana, dos en mi hora de comer con mis compañeros de equipo. Tengo un trabajo a jornada completa y también responsabilidades familiares, por tanto no puedo tomarme siempre tiempo libre y entrenar cuando quiera. Desde que el cruce fue planeado para el principio de la temporada, todo el entrenamiento había sido en la piscina.

El agua del Estrecho es mucho más fría que la media de una piscina, así que fui con un amigo a un campamento de natación en Mallorca a mediados de abril y allí pude entrenar en el mar y a la temperatura “justa” de 15 grados centígrados. Este entrenamiento fue genial, porque además entrenábamos con otros individuos con las mismas ideas y que no siempre piensan en el ferry como primer peligro. Y éste no es mi primer proyecto de nado de larga distancia, así que tengo algo de experiencia en la que confiar.

Partida en la Isla de las Palomas frente a Tarifa Todavía cerca de la costa española Pausa para beber 

Llegamos a Tarifa y a la primera oportunidad llamamos al Presidente, Rafael. Tuvimos suerte y lo pudimos ver esa noche y recibir la noticia: podemos nadar mañana! Nos dijeron a qué hora debíamos estar en el puerto para encontrarnos con el piloto y prepararnos. Mi amigo Jürg y yo nos engrasamos en tierra (para ayudar a prevenir rozaduras en el agua salada) y los demás prepararon los barcos. Teníamos a nuestro amigo Remo como asistente, el cual iba en un barco pequeño de goma y nos proveía cada media hora con bebidas carbohidratadas. Y entonces salimos. Un barco más grande marcaba el camino y nuestro trabajo era seguirlo. Y nadar, sólo nadar.

La siguiente pregunta que todo el mundo me plantea es “En qué piensas todo el tiempo?” Muchos nadadores nadan cortas distancias -200 metros ya se considera una distancia larga en la piscina, y se hace en 2, 3 minutos. Para un nado de larga distancia uno tiene mucho tiempo…

Cómo le explicas a nadie qué pasa por tu cabeza durante tres horas y media? Muchísimas cosas! Es muy personal. El pensamiento predominante que me pasó por la cabeza era lo afortunada que me sentía al tener la posibilidad de nadar en el medio del océano, con el Atlántico a mi derecha, el Mediterráneo a mi izquierda y África delante mío. Me sentía como una niña a la que le han dado permiso para cruzar una gran avenida por primera vez. Nunca había ido a África, ni en ferry! El océano es grande, tan azul, tan profundo, tan infinito y a veces un nadador es bendecido con la suerte de nadar realmente con un delfín. Durante mi nado, me sentí fuerte y eso es una sensación genial. Me daba confianza. Y pensé en mis amigos en casa, en mis amigos en el barco. Pensé en mi familia, mis colegas del trabajo – todos los cuales seguían mis progresos por un GPS. A veces, durante el nado, algunos pensamientos negativos te vienen a la mente y es muy difícil sacártelos de la cabeza, porque tienden a instalarse. Esto me pasó en el Estrecho también. Mi amigo salió del agua después de una hora pero yo seguí. Me sentí increiblemente culpable porque yo estaba teniendo un día estupendo, de hecho un día increible y él lo estaba pasando mal. El tendría otra oportunidad y por eso también estaba feliz, porque es simplemente genial nadar a África.

En camino con visita de delfines listados y bajo vigilancia permanente 

Y qué se siente? Bien, realmente hay mucho trabajo y muy duro. No hay que olvidarlo. Nadar los 15-17 kilómetros es lo más fácil. Tenía que moverme lo bastante rápido para generar el suficiente calor como para mantenerme caliente. Tenía que beber las provisiones rápidamente para no perder tiempo y seguir avanzando. Tenía que seguir al barco líder, que a veces estaba tan lejos que no podía verlo. Naturalmente es normal que en el océano haya algunas olas y tragué algo de agua salada, que no sabe tan bien como mi bebida carbohidratada. Fui premiada con la visión de algunos barcos petroleros pasando cerca. Hacen un tipo especial de ola, que es divertido nadar. Y también una familia de delfines listados nadó debajo mío. Fueron tan veloces que la experiencia pasó rápidamente!

El principio fue muy rápido en la punta de la Isla de las Palomas y tuvimos que nadar muy duro para alejarnos de la costa. Uno ve África durante todo el nado y nunca parece que te acerques. Especialmente al final: los últimos 300 metros parecen durar para siempre. Más o menos aquí fue donde empecé a llorar, porque sabía que lo había conseguido y es una sensación genial. Aunque también estaba un poco triste porque este proyecto tan positivo en el que había invertido un año preparándolo, había llegado a su fin. Mi tiempo en el océano se acababa y tenía que salir del agua. En el primer momento en el que toqué una piedra en Point Ahmiar, tuve miedo. Las olas rompían contra las piedras y yo me sentí indefensa contra ellas. Era como si el océano me recordara que la diversión se había acabado para mí, ahora era el momento de salir. Así que en cuanto el silbato sonó, nadé hacia el bote directa a los brazos de mi asistente.

Africa a la vista Llegada a la meta, Marruecos De vuelta en el bote Liquidados 

Qué voy a hacer ahora? No sé. Definitivamente quiero hacer otro nado de larga distancia, pero no se cual, ni cuando. Seguro que no inmediatamente. Quiero disfrutar de éste un poco más.

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