Delfines en todas direcciones y cuatro sorpresas especiales

por firmm Team

Texto: Lisa Bernegger, voluntaria de firmm; fotos: firmm

El jueves 18.10.2013 sería un día con un final inesperado para todos los involucrados. Habíamos escuchado de los pescadores, que las orcas habían sido vistas en los últimos dos días. Esa información nos excitó sobremanera, de modo que iríamos a intentar encontrarlas esa mañana. Para nosotras, que como voluntarias del otoño tendríamos pocas oportunidades de verlas, por encontrarnos fuera de la temporada pico de pesca del atún, la novedad fue especialmente importante. Como nunca habíamos tenido la suerte de verlas, ansiábamos salir con el barco esa mañana.

Al principio había viento de levante, pero con el pasar del día cambió a poniente. Durante el cambio la mar quedó plana, pero como la visibilidad era mala por algo de niebla, Katharina decidió volver a la zona donde normalmente se encuentran los calderones comunes y delfines mulares. Se entiende que tal decisión nos defraudó, la esperanza de ver a las orcas explotó como una burbuja de jabón. Pero la desilusión duraría poco, porque la salida sería de todo, menos regular. Al poco tiempo escuchamos la voz algo sorprendida y excitada de Katharina por los altavoces: soplo de cachalote.

El estado de ánimo cambió repentinamente. ¿Que? ¿Cachalotes? Nadie había contado con ello. Los pasajeros me miraron perplejos pero no hubo tiempo de dar explicaciones, se escuchó un „agarrarse“ y el barco salió pitando. Pero antes de poder llegar, el animal había buceado. Sin embargo no tuvimos que esperar mucho para que apareciera el siguiente soplo con el que tendríamos más suerte.

Soplo de cachalote Cachalote en superficie 

Pudimos observar como buceó mostrando su impresionante aleta caudal, en toda la cubierta sonaron los “Wooow” y “Aaaah”. Lo que siguió fue singular. El tiempo mejoró y el sol brillaba en el agua cuando descubrimos delfines listados que daban la impresión como si quisieran competir con los cachalotes por la fama. Saltaron alto y mostraron sus trucos más espectaculares. También aparecieron delfines mulares que se acercaron al barco, parecía que también querían ser vistos. Justo entonces emergió el siguiente cachalote, al lado de ese animal inmenso los delfines mulares impresionaban un poco menos.

Cachalote comienza a bucear La aleta caudal en el aire Aleta caudal vertical para descender 

Luego de que buceara todos volvieron a concentrarse en los delfines, convencidos de haber vivido una salida extraordinaria, cuando apareció un cuarto cachalote que nos dejó a todos definitivamente atónitos. Se trataba de una hembra preñada y navegamos a distancia prudente paralelamente a su trayectoria de nado, cuando de repente comenzó a nadar hacia nosotros.

Cachalote curioso saca la cabeza del agua 

Creo que en ese momento nadie dijo una palabra, solo esperamos quietos, la hembra nos miró casi con curiosidad, pasó bien cerca del barco y buceó. Para coronar el viaje vimos calderones comunes y más delfines mulares. Los delfines nos acompañaron un rato cuando navegamos de vuelta para Tarifa, surfeando y saltando en las olas que dejaba el barco.

Calderones comunes al lado del barco Salto de delfín mular 

Esa salida realmente tuvo mucho que ofrecer. Había animales por todas partes y no sabíamos hacia dónde mirar primero. Sin mencionar a los cuatro cachalotes, con los que nadie contaba después de no haberlos visto en todo el verano y que dejaron a todos sumamente impresionados.

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